Se llama Carmen pero nunca la llamamos así. Para nosotros es mamá o mamaita.
Mamaíta hace más de veinte años que pasa de los setenta, pero sigue teniendo setenta. Y no intentes preguntarla por su edad , indagar, adivinar, porque no va a soltar prenda, que la coquetería no tiene caducidad, como su cutis suave, como sus ojos curiosos, como su moño perfecto, sin un pelo desubicado apuntando a nadie, que es de mala educación señalar, bien de veces... Continuar leyendo