Caín es torpe cuando busca palabras que se le escapan revoloteando, armado con un cazamariposas agujereado por el paso de los años. Caín no sabe escribir y aún así lo necesita. Y se dedica a perseguir y acosar palabras contra los rincones, violarlas, forzarlas a entrar en frases que seguramente no les pertenecen. Caín envidia a esos tipos a los que esas mariposas se les entregan sin más, esos que "hacen el amor con las palabras"... Continuar leyendo