Caín es torpe cuando busca palabras que se le escapan revoloteando, armado con un cazamariposas agujereado por el paso de los años. Caín no sabe escribir y aún así lo necesita. Y se dedica a perseguir y acosar palabras contra los rincones, violarlas, forzarlas a entrar en frases que seguramente no les pertenecen. Caín envidia a esos tipos a los que esas mariposas se les entregan sin más, esos que "hacen el amor con las palabras".
Caín tiene trajes aunque prefiere vestir de vaqueros. Tiene camisas de marca, pero siempre usa camisetas. Caín ha volado en primera, aunque prefiere caminar. Caín es impulsivo y visceral y lamenta no usar más amenudo su parte racional. Caín trabaja, pero procura que le quede tiempo para vivir. A Caín no le atraen los bienes materiales.
Caín mete la pata muchas veces. Asume sus culpas y sus castigos. No daña, no conscientemente al menos, porque aquí donde le ves, ha probado el sabor de todos los dolores y evita ocasionarlos.
Caín no tiene msn y le han robado la cuenta de correo, y le suceden "cosas extrañas". Pero para lo primero están los polis cibernéticos (delitos telemáticos le dicen, que yo ni idea, hasta que no me hicieron falta) y para lo segundo tambien puso denuncia, que los de "carne y hueso" también son polis, y para que curren les pagamos, todos.
Caín ha dejado de respirar el humo de los bares. Ha colgado las botas y se ha dejado bigote. Se compró unas zapatillas de felpa, de andar por casa y se preocupa por arreglar cañerías, persianas que no bajan y demás problemas domésticos. Y algunos se los ha buscado, a pulso. Y lo pagará, mucho tiempo. Que hay radiadores que por más que purgue tardarán en volver a calentar, si lo hacen algún día.
Así que, a quien pueda interesar, dicho está.