Lo Estoy Dejando

...De verdad. No fue algo premeditado, surgió, apareció el martes, como una nube oscura y se instaló en mi cabeza y me dije "a que no hay huevos". Y aquí ando, intentando no quedar como un mariquita conmigo mismo.

   He dejado de fumar.

   ¡¡Hale!!, Lo dije. Y no creas que está siendo fácil, que yo pensaba que sería más sencillo, y no.Jo. No lo es. Que se tuercen los días y uno aferrado a su bolsita de pipas, a mascar más chicle a no vaciar el cenicero del coche, por si acaso, oye, me toca exprimir las colillas, nunca se sabe, y hoy todo el mundo lleva papel de fumar, a mirar a otro lado a pensar en playas desiertas que te relajen, que no estás aquí, ea..y no. Estás. Vaya si estás. Y te comes el marrón, la bronca, el atasco y lo que toque, que el mundo aún no se ha enterado, que lo estoy dejando.

   Y como no se enteran lo cuento. "No me lleves la contraria, estoy dejando de fumar", "Hoy no acepto un No" y alguna frase más que se me escapa y que ya debería llevarlas impresas en la camiseta. Lo cuento al primero que me pregunta"qué tal estás", a Anita, mi panadera, a la del segundo que nunca me saluda, a mi jefa, a todios

   Y como no se que hacer para llevarlo bien, me fio de todos y sigo todos los consejos. No piso por el bar. Se acabó el café. Se acabó el sexo. Nada de ver fútbol, ni motos, ni a Contador entrando triunfal en meta ni a Pau trayéndose un anillo. Y compro pipas y pistachos y regaliz de palo y caramelos y chicles y me voy a la farmacia y pido hora para el médico de cabecera y todo..el lote completo.

   Y no. Que no puedo, que lo llevo fatal, que necesito ayuda, necesito tu ayuda. Que me cuentes qué estoy haciendo mal, cómo lo hiciste tú, que me envies un mensaje de ánimo, aunque sólo sea. Que prometo incluirte en un cuento, si me ayudas, si tú me ayudas.

   Que lo estoy dejando...y te necesito.