...Con ese y otros cánticos se llenan todavía las calles de este pueblo de las españas. Se distancia el ruido de trompetas y silbatos por la calle. Se van apagando los ecos de las bocinas en calles iluminadas más por las sonrisas de mis compatriotas que por las farolas. De vez en cuándo un claxon, un grito, una canción, que como pellizcos me hacen comprender que no es un sueño. Estamos en la final.
Y la vamos a ganar
Porque este mundial ha sido agradecido con nosotros. Suiza, Honduras y Chile en el grupo. Portugal en el primer cruce. Paraguay en el segundo y hoy los alemanes. No digo que haya sido un camino de rosas. No jugamos con Italia, con Francia, Argentina, Brasil.... Aún así nuestros rivales nos han dado mucha guerra desde el principio. España juega como juega. No sabe hacer otra cosa. Al pase, a tener el balón, a esperar la ocasión para chutar a puerta. Cuando el equipo contrario se cierra y presiona (Paraguay lo hizo genial) y axfisia a Xavi o Iniesta que son los que más juego reparten, España se resiente. No es la misma y le cuesta sacudirse ese corsé.
Así que, desde ese primer partido frente a Suiza donde caímos y se nos borró el cartel de favoritos, los dioses se hicieron hombres y trabajaron cada partido siguiente. Con humildad. Con paciencia. Y cada uno en su puesto y con su cometido. Sufrimos con los equipos americanos, con su juego pegajoso, su defensa, su presión. Sufrimos con los portugueses y los suizos, porque a su manera, tambien renunciaron al ataque y apostaron todo a la suerte de un contraataque.
Y llegó Alemania. El equipo que mejor juego estaba dando. El más vistoso. El más goleador. El favorito. Y otra muesca en la culata de estos muchachos de rojo. Los teutones no salieron a esta arena como solían hacer. No plantearon el partido como contra ingleses o argentinos. Los alemanes nos Temían. Salieron agazapados, renunciaron al balón y se centraron en rezar lo que supiesesn para agarrar un contraataque fructífero y mientras llegaba defender, defender y defender. Sanamente, como señores, sin faltas, sin entradas bruscas. Un ejemplo estos alemanes.
Y nosotros a mover la pelota (eso que dice Maradona que hacemos tan bien y que nos haría campeones si no hubiese porterías). Que boquita tan grande Diego, y que trajes tan pequeños. Y moviendo moviendo creamos nuestras ocasiones. Marradas, pero ocasiones. El tiempo se escapaba y donde menos esperábamos todos, apareció el gol. En un córner!! a balón parado, en una jugada que los alemanes dominan por experiencia y altura. Y ahí llegó Puyol en un salto épico. Todo furia. Toda la técnica, el posicionamiento, el mimo a la pelota desapareció ante la raza de un remate inapelable.Y no hubo más.
Aguantar el empuje, poco, de los rubitos. Aprovechar un par de ocasiones a la contra, que marramos también para no variar. Y festejar el pitido final haciendo añicos la tensión y machacando el silencio.
Y aquí estamos. Esperando un domingo que culmine esta gesta. Que salde la deuda de la historia con este país que piensa en redondo. Porque esta es sin duda la mejor generación de futbolistas que ha visto España. Sin estrellas rutilantes. Sin un Kaká, un Messi, un Ronaldo. Pero jugando como equipo, no como selección. Como un club, no un combinado nacional. Y da gusto verles.
Quizá dentro de veinte años, nos demos cuenta de lo que estos muchachos han conseguido. Un país donde hasta hace bien poco llevar una camiseta con los colores nacionales en el cuello o un adhesivo de la bandera en el coche era "mal visto". Se ha transformado en una nube de rojo y amarillo que se extiende en cada calle, cada balcón, cada coche y cada españolito. A millones se ven las camisetas rojas, de compras en el super, repostando gasolina paseando por el parque. Y ya nadie mira mal. Ni se asombra de escuchar cantar a voz en grito "Yo soyyy españoool espaañooll españooll..". Y uno se siente orgulloso de pertenecer a este país.
Quedan días sólo para el domingo más importante de la historia del fútbol español y confío en que los holandeses, como los alemanes, salgan al campo temerosos de jugarnos de tú a tú. Confío en ganar porque esta Holanda no es mejor que esta Alemania.
..pero sin no ganamos, si el pulpo alemán se equivoca....
...que me quiten lo bailao.
